-Esta bien Sam, pero mírame, no me estoy riendo- le dije mirándolo, pero a él no podía mirarle con la misma cara que a Jane, se me hacía imposible.
-Mmm…cierto, me pregunto por qué será…estas en un hermoso bar en Londres conmigo…no hay motivo para que no sonrías- seguía con sus ojos clavados en los míos y no pude hacer otra cosa mas que ruborizarme. Baje la mirada incapaz de volver a mirarlo como antes. Puso su mano bajo mi barbilla y levantó mi cara para volver a mirarme a los ojos –Vuelves a prohibirme ver tus ojos y vas a tener que verte obligada a bailar conmigo- me dijo y volvió a sonreír.
quinta-feira, 11 de dezembro de 2008
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